En estos tiempos de hoy, que las prisas
son malas consejeras, y nos dejamos llevar por el dulce engaño, “No tengo
tiempo de orar, ni de meditar y mucho
menos de leer la palabra para cerrar
nuestros ojos y preguntarnos que nos quiere decir hoy.
Nos encontramos que el
resultado se traduce en que las cosas no nos salen como quisiéramos, inclusive pareciera que el tiempo es mucho
mas reducido y nos estresamos mucho mas, también aparece la tristeza, el
desanimo, y no es otra cosa que nos
olvidamos de poner toda nuestra confianza en Dios, que si, debemos hacer todas
las diligencias y actividades necesarias
con nuestro trabajo y el esfuerzo, pero siempre confiando en él y a la espera
de su ayuda, por ello es tan importante detenernos todos los días y estar con
él a solas en silencio , para darle gracias! , leer la palabra de Dios, ella siempre tiene algo que decirnos, “siempre,
siempre, siempre” en nuestra vida, retomemos la costumbre de leer la palabra, ella nos hará libre, nos dirá el
camino, nos dará consuelo y nos dará luz.
Debemos tener tiempo para el Señor Jesús, para
orar , no importa si son 10 minutos, lo importante que sea de verdad,
que sea profunda.
Hasta la próxima que Dios les bendiga
©Beatriz Martín
23/02/2020