Esta
tarde reflexionando sobre cómo abordar el pecado en tiempos de
Cuaresma., nos olvidamos de la importancia sobre el sacramento del
perdón, en definitiva de la confesión. Muchas veces nos relajamos
y nos decimos como no matamos ni robamos, podemos conversarlo
directamente con Dios. Decía mi abuelita “barrer es como la
conciencia, hay que barrerla todos los días”, y cuanta razón
tenía, la importancia de la confesión es que vamos llenando el vaso
interior de cosas, y luego nos cuesta recordarlas, Por ello la
confesión es una oportunidad de reconciliación con nuestro
Señor, porque su misericordia se esparce sobre nosotros y nos sana.
Les
voy a dejar un texto de que leí que me encantó les comparto
“El
pecado es un asunto totalmente serio. Pero la respuesta frente a
nuestro pecado no está en el rigorismo de la culpa ¡No!, está en
el perdón y la misericordia, la medicina que Dios ofrece a raudales
cuando nos volvemos a él con un corazón contrito, siendo sinceros
con él.
Ningún
pecador por grande que fuese escapa de este océano inmenso
de misericordia que Dios nos regala. Dios es siempre más
grande que nuestros pecados, Dios es siempre mayor, siempre.
La
misericordia de Dios nos devuelve la libertad que habíamos perdido,
nos cura por dentro, nos ilumina, nos purifica, nos transforma, nos
trae gozo y paz...un camino para experimentar la misericordia
de Dios es en la Iglesia católica el sacramento de la
reconciliación, cuando confesamos nuestros pecados a Cristo,
presente en la persona del sacerdote, y recibimos la absolución,
¡Qué dicha tan grande sentirse perdonado por el Señor!
El
sacramento del perdón es una verdadera fiesta de la
misericordia.
Creamos
en este amor personal que Dios nos tiene, y abramos el corazón a su
bondad transformadora. Ese es el sentido de la cuaresma.” MMM.
Sigamos
viviendo nuestra cuaresma en la reflexión y viviendo de su
misericordia.
©Beatriz
Martín
10/03/2020