Cuando nos detenernos
en silencio unos minutos ante la presencia dulce y amorosa de Dios, es cuando
caes en la cuenta, el milagro de ser hijo y amado por Dios.
Te maravillas de
su luz, de su amor y es un gozo difícil
de narrar.
Hoy les dejo un
poema de San de La Cruz, amor de Dios y por qué no , nuevamente clamar: ¡Dios me ama! .
1. ¡Oh llama de amor viva,
que tiernamente hieres
de mi alma en el más profundo centro!
Pues ya no eres esquiva,
acaba ya, si quieres;
¡rompe la tela de este dulce encuentro!
2. ¡Oh cauterio suave!
¡Oh regalada llaga!
¡Oh mano blanda! ¡Oh toque delicado,
que a vida eterna sabe,
y toda deuda paga!
Matando, muerte en vida la has trocado.
3. ¡Oh lámparas de fuego,
en cuyos resplandores
las profundas cavernas del sentido,
que estaba oscuro y ciego,
con extraños primores
calor y luz dan junto a su querido!
4. ¡Cuán manso y amoroso
recuerdas en mi seno,
donde secretamente solo moras:
y en tu aspirar sabroso,
de bien y gloria lleno
¿cuán delicadamente me enamoras!
Un sentido y hermoso poema.
ResponderEliminarUn besito.
Sui San Juan de la Cruz es fantñástico , el video es lo que mas me gusta, gracias mi niña,
Eliminar