La semana pasada, una amiga en la fe, me invitó a una asamblea entre amigos, para compartir nuestra experiencia con Dios. Ella en el medio de su invitación, lo llamó: “creo que debemos regresar a asambleas como lo hicieron los primeros cristianos”, es mas o menos dar nuestra opinión y nuestra experiencia con Jesús. Les confieso que cuando me dijo debemos un poco regresar a “las primeras comunidades cristianas”, me cautivó. En seguida me imaginé al Espíritu Santo viajando sobre la asamblea y dándonos un poco de agua y de luz, que en nuestros tiempos lo necesitamos con urgencia.
Esta asamblea se le llamó “Siembra”. Jesús nos llama a sembrar, a través de su palabra, de un gesto, de un abrazo a un familiar, a un vecino, a nuestro compañero de trabajo. Fue para mi un nuevo despertar, un volver a abrir los ojos, es ponernos en pie y caminar. No podemos seguir con la frase: “yo no meto”, por el famoso “políticamente correcto”. Jesús con urgencia nos pide avanzar, no solo quedarnos con la oración, con la eucaristía, en el confort de lo cómodo de su presencia. Jesús nos llama en el mundo de hoy hablar de él, del agua viva, de su madre, de su iglesia. Recodar que Dios nos ama por encima de todo, solo desea que seas feliz, no es una ficción, es un hecho histórico, Jesuscrito vino a salvarnos, en libertad, no lo dice un evangelista lo dicen cuatro evangelistas, es el Señor dio su vida por nosotros.
Despertemos de nuevo, volvamos a la fuente y salgamos al mundo a gritar: “ Dios te ama.
Nuestra reflexión de la Asamblea:
“Asamblea, la experiencia, un sentido de familia, una semilla que sembrar, una palabra que dar. El Espíritu Santo sopló y una huella nos dejó”.
Hasta la próxima, que Dios los bendiga.
©Beatriz Martín
23/01/2023
