Un año mas esperamos con alegría al Espíritu Santo, con Jesús volvemos a celebrar la fiesta de Pentecostés, con su llegada nos conectamos con su Espíritu y le volvemos a pedir que renueve los dones que nos regaló en el bautizo.
Que en nuestra oración no olvidemos de invocarle, de gozar de su presencia, de pedirle que nos de la valentía y la fortaleza para llevar su palabra. Es con su aliento que nos anima a seguir llevando el nombre de Jesús de Nazareth.
¡Fiesta de Pentecostés! Jesús cumple su promesa y nos regala el don de los dones: El Espíritu Santo ¡Aleluya!
Es el Espíritu Santo quien nos hace comprender, y vivir, las Palabras de Vida del Maestro.
Es el Espíritu Santo quien nos va transformando de día en día en criaturas nuevas, conforme a la imagen de Jesús, el hombre perfecto.
Es el Espíritu Santo quien adorna a su esposa, la Iglesia, de abundantes dones y carismas para la edificación del Cuerpo Místico de Cristo.
Espíritu Santo, el amor del Padre y del Hijo, viviendo y morando en nosotros y nosotras.
Ven Espíritu Santo, y renueva la faz de la tierra! Amén.
Impresionante vídeo de la vigilia de Pentecostés en Taizé.
Multitud
de hombres y mujeres, de todas las edades, de distintos continentes y
países, en diversas lenguas, invocan en Taizé la gracia prometida
del Espíritu Santo: en italiano, en inglés, en latín, en
portugués, en español, ....una muchedumbre de lenguas congregadas
en el cenáculo, con María y los apóstoles,...
No sé
ustedes, pero cuando contemplo imágenes como estas, pienso: ¡La
universalidad de la Iglesia de Cristo!, ...es decir, su catolicidad,
que abarca a todo el planeta.
Porque hay muchos y muchas
que no lo saben, lo digo ahora aquí: la palabra católico
significa universal, es decir, una comunidad de fe y vida, de
culto y apostolado, llamada a testimoniar el Reino de Dios por el
orbe entero. Sin fronteras.
Beatriz Martín
27/05/23
