El 18 de octubre de 2020, hubo una protesta muy violenta, en la ciudad de Santiago de Chile culminando con la quema de dos iglesias del centro de Santiago de Chile; cómo si la barbarie se apoderó de la ciudad, ni la estatua de la Virgen María se salvó. El mundo vio las imágenes horrorizado, mientras calla.
En un hecho tan doloroso y desgarrador, qué decir como cristianos.
Solo me vino a la mente el rostro del Padre adolorido y entristecido por el comportamiento de sus hijos, que ha sido perdonado en la cruz, desde el inicio de la historia.
Solo nos queda orar mucho, desagraviar, consolar y pedir perdón, por nuestra conducta, sobre todo la del silencio antes el horror y el atropello que han cometido con nuestro Dios, con nuestra fe, con nuestra Iglesia, un silencio duro. Es urgente que también el mundo se detenga ante la barbarie que se avecina en estos los tiempos, tiempos “de todo me da igual” . Me niego a quedarme callada , me uno a la oración de desagravio, pero también me uno a la indignación de nosotros los católicos, por tamaña barbaridad en nuestro mundo occidental, sin que ninguna autoridad, ni Presidente diga algo.
@Beatriz Martín
19/10/2020