"El espejo: cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe sobre la tierra?", Vladimir Kireyev
"Pero,
cuando el Hijo del Hombre venga,
¿encontrará la fe sobre la
tierra?" (Lc. 18, 8).
En
los tiempos que corren, donde toda va muy rápido, la cultura de la
muerte desatada, Europa lo llama inclusión, buscando una religión
única, para olvidarnos del El Señor de Señores. Hace poco en las
festividad navideña el parlamento europeo, se negó a colocar un
pesebre porque y que excluía, insolito.
Tiempos duros para la
cristiandad. Debemos renovar con urgencia nuestra fe y con obras,
debemos con urgencia acercarnos a los sacramentos, hacer ayuno,
hacer penitencia. Orar por la conversión del mundo entero, orar por
nuestra Iglesia Católica, por nuestros sacerdotes, por la paz del
mundo, por nuestro camino de conversión.
la
pintura hace referencia a la frase de Jesús al concluir la parábola
de la viuda inoportuna y el juez impío: "Pero, cuando el
Hijo del Hombre venga, ¿encontrará la fe sobre la tierra?" (Lc.
18, 8). El fin de la parábola de Jesús era inculcarles a sus
discípulos, "que era preciso orar siempre y sin
desfallecer" (Lc. 18, 1).
La oración perseverante es un
asunto de fe, del combate de la fe, especialmente cuando las
circunstancias son adversas, cuando humanamente sentimos que Dios
parece darle largas a nuestras demandas.
La
gran batalla del cristiano no es con drones ni ordenadores, es la que
se libra en el espíritu, en la oración perseverante, que es oración
de fe desnuda, aquella que se apoya en la más absoluta confianza en
Dios y en sus planes de amor y misericordia. Jesús ha unido esta
oración de combate, oración de fe, con su Segunda Venida.
Toda
la tradición del Nuevo Testamento nos anuncia esta manifestación
final del Cristo glorioso, que estará precedida por una serie de
signos, entre los cuales se destaca la apostasía: "Primero
tiene que venir la apostasía" ( 2 Tes 1, 3). Apostatar es
renegar o abjurar de la fe recibida. Existe un movimiento, por lo
menos en España, que promueve que los bautizados en la fe católica
renuncien de manera explícita a ella, a fin de que sus datos no
aparezcan en el censo de la Iglesia.
Esta
apostasía hasta ahora, aunque ha tenido cierta resonancia en los
medios de comunicación, ha sido un movimiento francamente
minoritario. Pero existe otra mucho más preocupante y extendida: es
la que muchos viven en su cotidianidad, donde la referencia
existencial y práctica a la fe cristiana ha desaparecido.
Gentes
que viven, aunque no se declaren formalmente como ateos, como si Dios
no existiera, como si no hubiera nada más allá de la muerte.
A
esto sumamos la campaña mediática en contra de la Iglesia y la
influencia en la legislación, española y europea, de las tesis de
un laicismo radical que pretende excluir todo referente religioso de
la vida pública.
A
mi nunca me han gustado las teorías conspirativas, pero es evidente
que se quiere expulsar a Cristo de la cultura y de la vida de los
pueblos. Occidente se encuentra inmerso en una apostasía
generalizada. No hace falta que nos lo diga una revelación
particular, basta abrir los ojos y darse cuenta de lo que sucede.
Intuyo,
simplemente, que se acercan fuertes tormentas para los cristianos en
Europa. Basta observar los nubarrones que se han ido acumulando sobre
el horizonte en estos últimos años.
Sigamos el consejo de Jesús,
oremos sin desfallecer y estemos preparados, para que sepamos dar cuenta, con valentía, de las razones de nuestra
fe: "siempre dispuestos a dar respuesta a todo el que os
pida razón de vuestra esperanza"
Amigos
que Dios les bendiga, hasta la próxima.
©Beatriz
Martín
20/02/2022