Salmo 31 (30) Señor busco refugio en ti…
“A
ti , Señor, me acojo no quede yo nunca defraudado, busco refugio, tú que eres justo ponme a salvo.
Inclina a mí tu oído, y acude pronto a
socorrerme. Sé tú mi roca protectora, la fortaleza de mi salvación.
Guíame,
pues eres mi roca y mi fortaleza, dirígeme por amor a tu nombre. Líbrame de la
trampa que me han tendido, porque tú eres mi refugio.
En
tus manos encomiendo mi espíritu; líbrame, Señor, Dios de la verdad. Odio a los
que veneran ídolos vanos; yo, por mi parte, confío en ti, Señor.
Me
alegro y me regocijo en tu amor, porque tú has visto mi aflicción y conoces las
angustias de mi alma. No me entregaste al enemigo, sino que me pusiste en lugar
espacioso.
Ten
compasión de mí, Señor, que estoy angustiado, mis ojos languidecen de tristeza.
Mi
vida se consume en la aflicción y los años en lamentos; la tristeza está
acabando con mis fuerzas, y mis huesos se deshacen.”
Cuando
estemos perdidos, agotados, afligidos, no olvidemos que Dios está allí,
justo al lado abrazándonos, y diciendo ánimo estoy con vosotros yo les libraré
de la oscuridad y de la angustia.
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