Jesús, El Señor, con su lenguaje sencillo
nos habla de su amor, un amor tan grande
que nos dejó a su Madre, quiere que nos acerquemos a ella para amarla, él nos
invita a imitarla, ella no comprendía lo que le decía el Ängel, sin
embargo ella aceptaba la voluntad de Dios. Ella es puente, es conductora, ella
nuestra Madre que nos lleva de la mano para el encuentro de amor con Dios.
El Decreto 3 de marzo de 2018, “La Gozosa
veneración….”, la Iglesia reflexiona y
nuevamente en la persona del Papa Francisco coloca a María como un
referente y en lugar privilegiado. Acudamos a ella, ella nos enseñará a orar y
nos llevará a Cristo Jesús para amarnos.
Vaticano ha establecido que la memoria de la “Virgen María, Madre de la
Iglesia” se celebre cada año el lunes siguiente a Pentecostés.
“El Sumo Pontífice Francisco,
considerando atentamente que la promoción de esta devoción puede incrementar el
sentido materno de la Iglesia en los Pastores, en los religiosos y en los
fieles, así como la genuina piedad mariana, ha establecido que la memoria de la
bienaventurada Virgen María, Madre de la Iglesia, sea inscrita en el Calendario
Romano el lunes después de Pentecostés y sea celebrada cada año”, dice el
documento.
En el decreto, la misma Congregación
señala que “esta celebración nos ayudará a recordar que el crecimiento de la
vida cristiana, debe fundamentarse en el misterio de la Cruz, en la ofrenda de
Cristo en el banquete eucarístico, y en la Virgen oferente, Madre del Redentor
y de los redimidos”.
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