Les decía
una parábola para inculcarles que era preciso orar siempre sin desfallecer.
«Había un juez en una ciudad, que ni temía a Dios ni respetaba a los hombres.
Había en aquella ciudad una viuda que, acudiendo a él, le dijo: "¡Hazme
justicia contra mi adversario!" Durante mucho tiempo no quiso, pero
después se dijo a sí mismo: "Aunque
no temo a Dios ni respeto a los hombres, como esta viuda me causa molestias, le
voy a hacer justicia para que no venga continuamente a importunarme."»
Dijo, pues, el Señor: «Oíd lo que dice el juez injusto; y Dios, ¿no hará
justicia a sus elegidos, que están clamando a él día y noche, y les hace
esperar? Os digo que les hará justicia pronto. Pero, cuando el Hijo del hombre
venga, ¿encontrará la fe sobre la tierra?»
Lucas: 1,1-18
Les
aseguro amigos que por propia experiencia personal, que cuando hacemos oración
de acción de gracias, en todo momento y por aquello que aún no haya llegado a nuestra
vida, nuestro Señor Jesús siempre nos escucha, así que vamos a rendirnos y
lanzarnos al agua de su espíritu y confiar que nuestro Padre eterno oirá
nuestras súplicas.”Confiemos”
Estoy segura de que nos escucha.
ResponderEliminarBesitos!!
Gracias !!!!! yo también asi lo creo que a veces no lo veamos , besitos amiga y gracias
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