Sagrado Santísimo,
Dios del altísimo,
en mi corazón te siento,
nos llama el Padre eterno.
Majestuosidad en tu altar,
signo de tu amor y bondad,
al quedarte en la Eucaristía,
salvación para la humanidad.
Nos postramos ante tu copa,
para clamar al cáliz de tu
gloria,
el cordero de Dios nos perdona,
el Espíritu Santo nos arropa.
La iglesia nos da tu mesa,
para adorarte, dejando huella,
mientras nos postramos, te
amamos,
y el Dios vivo nos ha salvado.
©Beatriz Martín
15/07/18
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