En este Jueves Santo, recordamos la última cena de nuestro Señor Jesuscristo,
donde convierte el pan y el vino, en su cuerpo
y su sangre, para salvación nuestra. Recibamos hoy con alegría
serena, este sacramento que nos ha sido dado.
"¡Oh Jesús,
Viña Sagrada!,
lo sabes, mi Rey
divino,
soy un racimo
dorado
que han de
arrancar para ti.
Exprimida en el
lagar
del oscuro
sufrimiento,
yo te probaré mi
amor.
Mi único gozo
será.
Santa Teresita de
Lisieux:
Gracias por este hermoso recuerdo.
ResponderEliminarUn beso.
Gracias Anmalia por dejar tu huella por aqui en este día tan especial, un beso grande
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