“Dijo
entonces el Señor: Por cuanto este pueblo se me acerca con sus palabras y me
honra con sus labios, pero aleja de mí su corazón, y su veneración hacia mí es
sólo una tradición aprendida de memoria”.
Isaias,
29- 13
Fotografía Clara Esther Lucena
La palabra nos
recuerda que es con el corazón, a solas, en el silencio de nuestra habitación,
donde debemos alabarle y honrarle como
Dios, así, como el amor que le tenemos y no buscar el agrado
de los demás o esperar de ir a una iglesia para para conversar, rezar y
alabarle.
La palabra nos recuerda de evitar en lo posible quedarnos solo con el rito y la norma, sin antes no atender lo que
nos diga su corazón, nuestro Padre, el maestro, Jesús de Nazareth, él siempre
tiene algo que decirnos, siempre espera que le abramos el alma para escucharle
y amarle él siempre nos estará derramando su amor y misericordia.
En la habitación más oscura siempre ha un punto de Luz que brilla.
ResponderEliminarEn la cueva del Corazón,, ahi, en ese lugar silencioso, lleno de suspense Dios abre sus alas.
Un Abrazo
Que bello Olga mil gracias asi es a solas y Dios derrama su amaor , un abrazo y que Dios te bendiga
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