Qué
tengo yo, que mi amistad procuras?
¿Qué interés se te sigue,
Jesús mío,
que a mi puerta, cubierto de rocío,
pasas las
noches del invierno oscuras?
¡Oh,
cuánto fueron mis entrañas duras,
pues no te abrí! ¡Qué
extraño desvarío,
si de mi ingratitud el hielo frío
secó
las llagas de tus plantas puras!
¡Cuántas
veces el ángel me decía:
«Alma, asómate ahora a la
ventana,
verás con cuánto amor llamar porfía»!
¡Y
cuántas, hermosura soberana,
«Mañana le abriremos», respondía,
Les invito a escuchar el soneto en mi canal
y darle un me gusta.
Hasta la próxima, que Dios los bendiga.
©Beatriz Martín
22/09/2024
No hay comentarios:
Publicar un comentario