En este tercer domingo de adviento, nos
volvemos a detener en el camino, para
abrazar su palabra, acompañarle en el gesto de generosidad, para tomar agua,
agua del espíritu, que nos aporta, nos llena, nos fortalece. Como lo habrá
hecho José y María, buscando un lecho
para dar a luz al niño Dios, sin comprender el suceso, la gracia que les fue
concebida aceptaban con fe y determinación, el designio de Dios,
Creo que como María, nuestra Madre, es modelo de Adviento en el
silencio, en ese dulce silencio, de escucha permanente de la palabra de Dios,
de aceptar sin comprender, ella dijo “hágase su voluntad”, sin entender ,
recordemos: “cómo va a ser esto sino conozco varón?” y el ángel le contestó el Espíritu Santa se derramará sobre
ti y ella acepto confiada rendida antes Dios.
Nos queda una semana para prepararnos para la Navidad, pidamos a María que nos guié,
que interceda, nos acompañe en la oración, en nuestro día a día y en el compartir
, para seguir en vigilia con la vela encendida y recibir con alegría la gran fiesta de cielo y
tierra, el nacimiento del Niño Dios.
Reflexionemos en la Santidad para el buen renacer.
ResponderEliminarFeluces Fiestas!!!
Un Abrazo.