Pentecostés,
hermoso regalo eterno que nos dejó el Señor, luego de 50 días de Pascua, Dios
sube al cielo y regresa para dejarnos su “Espíritu Santo”, esa presencia de Dios
permanente, de su amor y que uno siente
en el momento del flaqueo, nos
fortalece, cuando estamos perdidos nos ilumina, nos ayuda discernir del bien
y del mal, nos consuela en la tristeza, nos da su fe en la duda, nos arropa en la
soledad y además, nos da sus dones como el Amor , la caridad , la palabra etc. y
tantos dones según nuestra fe.
les
dejare un Himno tradicional dedicado al
Espíritu Santo, mientras lo leamos disfrutemos del dulce silencio y del amor de
Dios.
Ven Espíritu Divino,
manda tu luz desde el cielo,
Padre amoroso del pobre;
don en tus dones espléndido;
luz que penetra las almas;
fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma,
divina luz y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre
si Tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado
cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequía,
sana el corazón enfermo,
lava las manchas, infunde
calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus Siete Dones
según la fe de tus siervos.
Por tu bondad y tu gracia
dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario