Cuando
nos hablan de los talentos de Dios, nos preguntamos muchas veces, en
realidad cuales son.
Interiorizamos en alguna ocasión, miedo, descubrir en realidad, dónde y de qué forma pudiéramos servir al Señor, olvidando un poco que los talentos, también son para disfrutarlos y no los usamos ni para nosotros, ni para los demás.
Interiorizamos en alguna ocasión, miedo, descubrir en realidad, dónde y de qué forma pudiéramos servir al Señor, olvidando un poco que los talentos, también son para disfrutarlos y no los usamos ni para nosotros, ni para los demás.
Ese
miedo involuntario, no es otra cosa que mostrar nuestras
habilidades, recordemos a Moíses o Aáron, frente al público, el don
de la palabra, todo un orador, otros cantan, otros hacen la música
a través del instrumento toda una homilía y enseñanza, está el
de la sabiduría, saber aconsejar y escuchar, o la caridad son muchos
solo tenemos que descubrirlos, siempre dejándonos guíar por el
Espíritu Santo, y como si fuera poco, Dios en su infinito amor para
nosotros, sus hijos, nos da talentos que nos gusten y nos agraden y
así dar lo mejor de nosotros.
Recordemos
en la palabra de Dos, a San Lucas 19, 12, habla que entrega talentos
según sus capacidades, “ a uno 5 talentos, a otro dos y a otro
uno”.
Para
descubrirlos debemos ir primero a la fuente, que es Dios será en
Oración, que nuestro Señor no los hará ver.
Procuremos
tener la lámpara encendida para estar al servicio y con ello
aprender a ser felices, entregando cada una de nuestras habilidades.
Y Sentiremos lo hermoso de dar y entregarse a través de los talentos.
@Beatriz
Martín
03/08/19
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