Con frecuencia, dejamos de escuchar la
voz del Señor, que es su invitación al amor, mientras, nos dejamos llevar por
la voz del fracaso, del miedo y las culpas, como si Dios estuviera pendiente de
nuestro pecado y de nuestra miseria.
No es así, Dios, nuestro Padre, está
pendiente de que tú seas feliz, por ello
es importante todos los días detenernos y escuchar lo que nos dice el corazón,
no es otra cosa que su mirada a nuestra
alma, llena de ternura, de amor ,pero
también de fortaleza para las noches oscuras.
Procuremos todos los días, vivir en el
gozo de su amor cada día, olvidarnos un poco de esa preocupación, de nuestro
futuro, vivamos cada día en su plenitud aquí y ahora, que nos dejemos guíar por
la mirada de su amor. Vivamos del gozo de vivir en él.
Aún de no entender el por qué de las cosas, aceptemos con confianza
como hijo a un padre. Como lo hizo María, acepto su destino sin comprender con alegría y
confianza... Mientras, descansemos en su mirada.
Que Dios les bendiga.
©Beatriz Martín
26/01/18
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