“Ese mismo día, dos de los discípulos
iban a un pequeño pueblo llamado Emaús, situado a unos diez kilómetros de
Jerusalén. En el camino hablaban sobre lo que había ocurrido. Mientras
conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó y siguió caminando con ellos.
Pero algo impedía que sus ojos lo reconocieran.”…
“¿No ardía acaso nuestro corazón,
mientras nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?”…
San
Lucas 24,13-35
El pasaje de la biblia, del camino de Emaus, cobra una fuerza especial
en este tiempo de pascua, que es tiempo de esperanza, tiempo de alegría, nos
indica que tanto su palabra como su eucaristía, siempre nos sana y nos
fortalece, en cada pasaje de nuestra
vida. Los discípulos estaban tristes por lo que le había sucedo a su amigo
Jesús de Nazareth, sin embargo al escuchar a Jesús, la explicación de las
escrituras, su corazones comenzaron arder, era la presencia dulce de su amor sanador.
Por ello les invito a que tengamos un
acercamiento con la Palabra de Dios y la eucaristía, en ella siempre encontraremos paz,
fortaleza, esperanza, para seguir nuestro camino de Emaús con serenidad y con
la certeza que nuestro Dios está con nosotros para darnos siempre su amor y su
sanación.
©Beatriz Martín
07/04/18
Uma bela página.O nosso Deus está realmente conosco a nos dar amor e cura.
ResponderEliminarUm abraço.
Élys
Élys muchas gracias por pasar y dejar tu huella por aqui un abrazo fuerte desde mi brillo del mar
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